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Beneficios del control climático para cerdos de engorde

Beneficios del control climático para cerdos de engorde

15 de julio de 25 - Noticias

Marcel Weiss Hoffmann. Área comercial Munters.

En la producción porcina, cada fase de desarrollo del animal es crítica para un resultado rentable. En este sentido, la etapa de crecimiento y engorde suele verse eclipsada por otras etapas, como el parto y la gestación, en las cuales las tasas de mortalidad y los riesgos económicos se perciben como más elevados. Sin embargo, el engorde es la fase en que los cerdos consumen más alimento, y donde el pienso supone el coste más importante de la producción. Por ello, un control climático adecuado durante este período ofrece beneficios sustanciales en términos de tasas de conversión alimenticia, bienestar animal y comportamiento.

Mejora de la eficiencia de la alimentación y reducción de los costes de producción

Una de las principales ventajas de unas instalaciones correctamente climatizadas es la mejora en las tasas de conversión alimenticia. Las investigaciones han demostrado que los cerdos en entornos bien climatizados utilizan la energía del alimento de manera más eficiente para el crecimiento en lugar de destinarla a mantener su temperatura corporal en respuesta al estrés por calor o frío. Por ejemplo, durante temperaturas extremas, los cerdos comen menos debido al estrés por calor o gastan más energía para regular la temperatura corporal en condiciones frías. En las instalaciones climatizadas, los cerdos pueden utilizar completamente el alimento para aumentar su peso, lo que mejora significativamente la eficiencia. Estos incrementos en la productividad permiten una mejor utilización de los recursos, como alimento y tiempo, y una reducción de los costes totales de producción.

Bienestar y comportamiento animal

El control climático tiene un impacto directo en el bienestar animal, ya que creamos un entorno con un estrés térmico mínimo para los cerdos. Las temperaturas extremas, ya sea el calor del verano o el frío del invierno, pueden provocar molestias, una reducción de la ingesta de alimento y susceptibilidad de padecer enfermedades. En condiciones controladas, los cerdos están menos expuestos al estrés térmico, lo que conlleva una mejora de la salud y una mayor productividad.

Por otra parte, unas instalaciones climatizadas promueven un mejor comportamiento de los animales. Los cerdos que experimentan estrés por calor a menudo muestran comportamientos agresivos, incluidas peleas. Estos comportamientos pueden provocar lesiones, reducir el aumento de peso y comprometer el bienestar animal. Por el contrario, un entorno estable y cómodo minimiza la agresión, mejora el bienestar y la productividad.

ventilación engorde
Nave de engorde. Foto: Ferber.  

Beneficios económicos y medioambientales

Invertir en sistemas de climatización también genera importantes rendimientos económicos. Los cerdos en ambientes controlados ganan más peso, más rápido y de manera consistente, en comparación con los que viven en instalaciones con ventilación natural. Por ejemplo, en estudios que compararon los dos sistemas, los cerdos en naves climatizadas ganaron hasta 5 quilos más durante la fase de engorde. Estas ganancias se traducen en un menor tiempo de comercialización y una mayor rentabilidad.

Además, las instalaciones climatizadas reducen el desperdicio de alimento y optimizan la conversión de alimento a peso, lo cual es fundamental dada la alta proporción de los costes totales de producción atribuidos a la alimentación. La mejora de la eficiencia alimentaria también reduce la huella ambiental al reducir las emisiones asociadas a la producción y a la digestión de alimentos. Además, estos sistemas contribuyen a una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero de la instalación, alineándose con los objetivos de sostenibilidad actuales.

Soluciones a medida para lograr el máximo rendimiento

Los sistemas de climatización modernos ofrecen una amplia gama de tecnologías, como paneles de refrigeración evaporativa, extractores, calefactores y controladores automatizados. Estos sistemas permiten ajustes precisos de la temperatura, la humedad y la ventilación, lo que garantiza condiciones óptimas durante todo el año. Por ejemplo, mientras que las naves sin clima controlado dependen de ajustes manuales como la gestión de cortinas, los sistemas avanzados se adaptan automáticamente a las condiciones cambiantes, minimizando el uso de energía y los costes de mano de obra. En las instalaciones de engorde, donde los costes de alimentación dominan los gastos de producción, incluso una pequeña mejora en la eficiencia de la conversión alimenticia puede tener un impacto sustancial en la rentabilidad de la producción. Además, la reducción de la mortalidad, el menor número de intervenciones sanitarias y el aumento de la productividad animal contribuyen a un retorno positivo de la inversión.

Conclusión

La fase de engorde es crítica para la viabilidad económica de la producción porcina. Aunque a menudo se pasa por alto, es durante esta etapa que el control del clima ofrece beneficios transformadores, mejorando las tasas de conversión alimenticia, reduciendo los costes de producción y mejorando el bienestar y el comportamiento animal. En regiones con variaciones climáticas, como el calor intenso durante el verano o los inviernos helados, el control del clima no es un lujo, sino una necesidad para una producción eficiente y sostenible. Al adoptar estos sistemas, los productores porcinos pueden lograr animales más saludables, mayores ganancias y una operación más sostenible desde el punto de vista ambiental.

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