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¿Cómo podemos gestionar el consumo de agua de las cerdas?
16 de febrero de 21 - Estudios
Josep Rius. Técnico de Rotecna.
En el mercado existen muchos sistemas de suministro de agua y pienso para las cerdas en lactación. Con frecuencia, se ofrecen ambos elementos en un mismo punto: el comedero. El sistema que posiblemente es el más utilizado consiste en colocar un bebedero o chupete de alto caudal (3-6 litros/minuto) en su interior, el cual, a su vez, se complementa en muchas ocasiones con un aporte de agua manual (comúnmente conocido como “golpe de agua”). De esta forma, se ofrecen todas las facilidades para que los animales tengan un buen acceso al agua.
Como concepto, es un sistema bastante bien resuelto: antes de ofrecer la comida se revisan los comederos por si en alguno de ellos hay demasiada, se dispensa el pienso y se proporciona un poco más de agua a las cerdas que lo requieren. Entre comidas también se puede suplementar agua de forma manual. Sin embargo, este sistema requiere un buen manejo de supervisión de todo el proceso todos los días del año y no resulta nada fácil encontrar el equilibrio óptimo en la proporción de agua - pienso con un sistema en el que no se puede controlar la cantidad de agua existente en el comedero en el momento de suministrar el pienso. En ocasiones, dicha proporción puede ser la adecuada, pero, en otras, puede ser totalmente insatisfactoria.
No obstante, la situación aún puede empeorar si tenemos en cuenta que cuando se dispensa el pienso a las cerdas, no sabemos si se lo comerán, lo que ocasiona un incremento de costes por desperdicio de pienso y la mano de obra necesaria para la limpieza de los comederos antes del siguiente aporte de pienso. Con demasiada frecuencia, dichas tareas se han asumido como rutinarias en muchas granjas, y de la calidad de su ejecución por parte de los operarios de la granja depende directamente que los animales coman y beban de forma adecuada.
El agua y los dosificadores electrónicos de pienso
En los últimos años se ha producido un claro avance en la dispensación de pienso mediante los dosificadores electrónicos, aunque, en muchos casos, dicho avance no ha ido parejo a la utilización de un sistema de dispensación de agua adaptado a sus características. Por un lado, tenemos dosificadores con una gran capacidad de configuración y posterior verificación y, por el otro, sistemas de agua sin ningún tipo de control o monitorización. Hemos sido capaces de ser muy precisos con el pienso, pero muy poco con el agua. Para obtener una alimentación efectiva tenemos que serlo en ambos casos y disponer de sistemas pensados para su correcta sincronización.
La alimentación electrónica ha favorecido que el alimento se pueda repartir en diferentes tomas durante las 24 horas del día. Esto ha propiciado que la porción de pienso sea más pequeña que con los sistemas con dosificador convencional, lo cual disminuye substancialmente las posibilidades de desperdicio, pero, a su vez, obliga a gestionar mejor el agua en cantidades más pequeñas. Si cambia la forma de suministrar el pienso, ¿no debería cambiar también el sistema de aporte de agua?
En el contexto de la llamada “porcicultura de precisión” se focaliza al individuo frente al grupo. Cada animal tiene unas necesidades alimentarias diferentes; por lo tanto, también sería lógico que utilizásemos lo que la tecnología nos ofrece para satisfacer la necesidad de subministrar agua. Una electroválvula en cada comedero para ofrecer agua en función del pienso dispensado y un sistema de oferta de agua a voluntad fuera del comedero son una buena opción, porque permiten maximizar el consumo de agua y ofrecer siempre el alimento con la proporción agua/pienso adecuada.
Ejemplo de conjunto de comedero con electroválvula y agua a parte. Foto: Rotecna.
Pongamos un ejemplo: supongamos que una cerda el día 18 de lactación tiene la posibilidad de comer 9 kg de pienso. Si la proporción de pienso/agua es de 1 a 2, le ofrecemos 18 litros de agua con la comida, ya se ha bebido aproximadamente la mitad del agua que necesita durante el día. De esta forma, se consigue alimentar en húmedo con pienso fresco y en óptimas condiciones. No hace falta decir que todo lo que se pueda ofrecer a las cerdas para favorecer una buena alimentación repercutirá directamente en su sanidad, longevidad y bienestar. A su vez, nos aseguramos de que dispone de todos los elementos para producir el máximo de leche en cantidad y calidad, además de las ventajas que supone a nivel de costes al minimizar el desperdicio y la mano de obra para limpiar los comederos.
Actualmente, en porcicultura ya se dispone de muchos medios para que los animales coman y beban adecuadamente. Sus beneficios son por todos conocidos, por lo que algo tan importante no puede dejarse sin control. En pocas granjas existen contadores para monitorizar el agua, aunque sabemos que la observación de su consumo puede ofrecernos una información muy valiosa sobre la sanidad y producción de los animales. Una alteración en el consumo de agua puede indicar precozmente la existencia de una enfermedad. Para terminar, hay que recordar que todos los sistemas exigen unos requisitos de instalación: hay que garantizar que el caudal de agua llega en óptimas condiciones en momentos de máxima demanda.
¿Qué sabemos del agua?
El agua es el principal nutriente de los seres vivos e interviene en distintos procesos:
- Transporte de nutrientes.
- Termorregulación corporal.
- Eliminación de metabolitos por la orina.
- Además de ello, facilita la digestión y es el principal componente de la leche (80 %).
Cantidades
- Las cerdas en lactación beben promedios de 20-25 litros de agua/día y pueden llegar a ingerir entre 33-38 litros de agua al día durante las 3 o 4 semanas de lactación.
- Para aumentar un quilo el peso de la camada, son necesarios unos 4 litros de leche.
- Para producir 1 litro de leche se necesitan de 2,5 a 3 litros de agua.
- En el pico de lactación, una cerda puede llegar a producir de 10 a 13 litros de leche diarios.
- Una cerda con una lactación de 23 días y un promedio de 22 litros/día, ingiere 506 litros de agua.
- La media de la ratio agua/pienso oscila entre los 3-5 litros por quilo de pienso. Al inicio de la lactación es más alto, pudiendo llegar a los 5-7 litros, y luego baja a 3-5 litros a la semana.
Temperatura
Las cerdas con temperaturas ambientales altas prefieren el agua a 10 grados menos que el agua a temperatura ambiente, y como mucho a 10 grados.