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Claves para una buena limpieza y desinfección en granjas porcinas

Claves para una buena limpieza y desinfección en granjas porcinas

13 de noviembre de 25 - Noticias

La limpieza y desinfección de las granjas porcinas son una parte esencial del plan de bioseguridad de cualquier granja. Un buen protocolo no solo reduce la presión de patógenos, sino que también mejora los resultados productivos, reduce el uso de antibióticos y alarga la vida útil de las instalaciones mediante la higienización de su granja porcina.

¿Por qué la limpieza y desinfección impactan en sanidad, rendimiento y costes?

Una limpieza y desinfección rigurosas son fundamentales para garantizar la eficiencia y sostenibilidad de la producción porcina. Cuando se aplican de forma adecuada, contribuyen a reducir la mortalidad, mejorar la ganancia media diaria y optimizar el índice de conversión. Además, permiten disminuir el uso de medicamentos y antibióticos, favoreciendo así la salud animal y la rentabilidad de la granja. Un buen programa de limpieza y desinfección también ayuda a cumplir con las exigencias sanitarias, reducir la presión patógena y evitar rebrotes de enfermedades. Todo ello se traduce en un mejor bienestar animal, parámetros productivos más sólidos y una trazabilidad más fiable.

Por el contrario, una higiene deficiente puede favorecer la reaparición de enfermedades, provocar pérdidas económicas significativas y deteriorar el bienestar de los animales.

¿Cómo encaja la limpieza en el plan de bioseguridad?

La limpieza no debe considerarse una tarea aislada, sino un pilar esencial dentro del plan integral de bioseguridad. Su eficacia depende de una correcta planificación y de la coordinación con otras medidas preventivas. En primer lugar, la zonificación limpia y sucia permite delimitar las áreas con distinto nivel de riesgo y controlar los flujos de entrada y salida, evitando la contaminación cruzada. Del mismo modo, el control de accesos y flujos, de personas, vehículos y animales, debe seguir un recorrido unidireccional que minimice el contacto entre zonas contaminadas y limpias.

Otro elemento clave es el vacío sanitario, el periodo que transcurre tras el vaciado de una nave y que incluye las fases de limpieza, desinfección, secado y verificación antes del re-alojamiento. Su duración debe ajustarse según la carga orgánica, la ventilación y las condiciones ambientales de la época del año.

Por último, es fundamental considerar el concepto de biopelícula (biofilm): capas microscópicas de microorganismos y materia orgánica que se adhieren a superficies como las líneas de agua. Estas estructuras son altamente resistentes y reducen la eficacia de los desinfectantes si no se eliminan previamente mediante detergentes y acción mecánica.

proceso de limpieza en granja porcina
La limpieza es un pilar en dentro de la bioseguridad de una granja. 

Protocolo paso a paso de limpieza y desinfección en granjas porcinas

Un procedimiento correcto debe seguir una orden lógico. A continuación, se presenta un protocolo claro que describe los pasos a seguir para garantizar una limpieza y desinfección eficaces, asegurando el cumplimiento de las normas de bioseguridad y el mantenimiento de las condiciones sanitarias óptimas en la granja.

0) Preparación

Antes de comenzar, es fundamental retirar todos los animales y los equipos móviles de la instalación. El personal debe utilizar siempre los equipos de protección individual (EPIs) adecuados para garantizar su seguridad. Además, conviene desconectar la corriente eléctrica si es necesario y proteger los paneles, sensores u otros componentes electrónicos para evitar daños durante el proceso de limpieza.

1) Limpieza en seco

El primer paso consiste en eliminar todo el estiércol, la cama usada, los restos de pienso y el polvo acumulado. Este trabajo puede realizarse mediante barrido o soplado controlado, reduciendo así la carga orgánica y mejorando la eficacia del detergente que se aplicará en la siguiente fase.

2) Remojo y aplicación de detergente

A continuación, se debe empapar completamente la superfície, suelos, paredes, techos, tolvas, bebederos y rincones, con agua y aplicar un detergente adecuado (alcalino, enzimático o espumante, según el tipo de suciedad). Es importante dejar actuar el producto durante al menos 30 minutos para ablandar la materia orgánica y facilitar su eliminación posterior.

3) Enjuague a presión

Una vez cumplido el tiempo de acción del detergente, se procede al enjuague con agua a presión utilizando hidrolimpiadoras o lanzas. La secuencia recomendada es de arriba hacia abajo: comenzar por los techos, seguir con las paredes, luego los suelos y finalizar con drenajes, bebederos y tolvas, asegurando una limpieza completa y uniforme.

4) Desinfección

Con las superficies limpias, se aplica un desinfectante apropiado, como amonios cuaternarios, glutaraldehído, peróxido o ácido peracético, respetando siempre la dosis indicada y un tiempo de contacto mínimo de 30 minutos. Para mantener la eficacia del programa, se recomienda rotar periódicamente los principios activos y así evitar el desarrollo de resistencias bacterianas.

5) Secado y ventilación

Es fundamental permitir que todas las superficies se sequen completamente antes de la reintroducción de animales, ya que la humedad reduce la eficacia de los desinfectantes y favorece el crecimiento microbiano. Una buena ventilación acelera el secado y garantiza un ambiente más seguro.

6) Montaje y pruebas

Una vez finalizado el secado, se reinstalan las tolvas, bebederos y silos previamente limpiados. Si es necesario, puede aplicarse un tratamiento antifúngico en los silos para prevenir el desarrollo de mohos. También es importante comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas de agua y alimentación antes de poner la nave nuevamente en servicio.

7) Validación final

El proceso concluye con una verificación de la eficacia de la limpieza y desinfección, utilizando tests de ATP o hisopados bacteriológicos. Finalmente, se completa una checklist firmada por el responsable de bioseguridad, que certifica que la nave cumple con los estándares requeridos antes de su reapertura.

Limpieza específica por áreas y equipos

Cada zona de la granja presenta particularidades que requieren una atención específica dentro del programa de limpieza y desinfección.

En las parideras, la presencia de neonatos y la elevada carga orgánica exigen una higiene más frecuente y cuidadosa, con limpiezas entre lotes y refuerzos en periodos críticos. Se recomienda el uso de detergentes suaves y un enjuague minucioso, así como un control regular de los bebederos y de la biopelícula en tetinas y líneas de agua. Es importante no descuidar los puntos ciegos, como uniones entre suelo y pared, bajos de tolvas o esquinas tras las parideras móviles.

En la fase de cebo, donde la carga orgánica es considerable, se aconseja realizar una limpieza profunda entre lotes para reducir la presión infecciosa. Las líneas de agua y los bebederos deben someterse a purgas periódicas y desinfecciones internas que eviten la formación de biopelículas.

Los silos y tolvas requieren limpieza interior regular para prevenir la aparición de hongos y micotoxinas, que pueden afectar la calidad del pienso y la salud de los animales. Finalmente, los vehículos y muelles de carga deben seguir un protocolo estricto de limpieza y desinfección (C&D), junto con un registro de accesos, garantizando la trazabilidad y evitando la introducción de patógenos externos.

limpieza de granjas de cerdos
La higiene en maternidad requiere de mayor frecuenica y cuidado.

La limpieza y desinfección en las granjas porcinas no son tareas rutinarias, sino una inversión en sanidad, bienestar animal y rentabilidad. Aplicar un protocolo claro, con responsables definidos y verificación de resultados, asegura un entorno productivo más sano, eficiente y sostenible.

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