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Estudio técnico
Cómo evitar conductas anormales en los cerdos

Cómo evitar conductas anormales en los cerdos

29 de mayo de 20 - Estudios

Josep Rius. Departamento Técnico de Rotecna

Cuando los animales se encuentran en un ambiente que no es del todo satisfactorio para su bienestar, muestran con frecuencia conductas que, en cierto modo, se pueden considerar anormales, ya que no aparecen cuando los animales están en un ambiente óptimo. Dicho comportamiento suele ir asociado a las llamadas conductas exploratorias redirigidas, y aparece cuando los animales se encuentran en un ambiente en el que les falta un determinado estimulo necesario para llevar a cabo una conducta acorde a su naturaleza.

En condiciones naturales, los cerdos dedican mucho tiempo a explorar su entorno hozando en busca de comida. Para el cerdo es importante manifestar esta conducta, ya que el instinto de hozar es tan fuerte que siempre tiene esa necesidad, donde quiera que esté. Si no se puede llevar a cabo esta conducta de exploración, la puede redirirgir hacia un estimulo alternativo como las colas de otros compañeros de corral (caudofagia) o hacia cualquier tipo de material a su alcance como, por ejemplo, las tolvas.

Mordedura de cola. Foto: UAB.

Es difícil dar un diagnóstico sin observar directamente la conducta de los animales y las condiciones ambientales y de manejo en las que se encuentran, pero sí podemos revisar los principales motivos que pueden ocasionar este tipo de comportamientos:

  • Condiciones ambientales adversas que influyen negativamente en su bienestar, como el exceso de luz o ruido, la temperatura, la humedad y la ventilación (densidades altas o inadecuadas y una mala ventilación son, frecuentemente, motivo de estrés y, en consecuencia, de aumentar de la actividad en general).
     
  • Manejo incorrecto de la alimentación. La ratio animales/puestos de alimentación ejerce un marcado efecto sobre el comportamiento de los cerdos. En principio, las tolvas ad libitum deben garantizar que todos los animales alojados en el corral puedan comer todo lo que quieran sin ningún tipo de restricción. Cualquier restricción (ya sea por cerrar demasiado la caída del pienso, por una obstrucción en el mecanismo, por no ofrecer pienso las 24 horas del día o por provocar un ayuno demasiado prolongado antes del sacrificio) puede provocar malestar.
     
  • La forma de presentación del alimento (harina o granulado, seco o húmedo) condiciona el tiempo de ocupación en la tolva (mayor en los casos de la harina o seco, ya que el consumo es más lento). El número de cerdos por tolva debe adaptarse a la presentación del alimento, ya que, si el tiempo de ocupación es elevado, puede perjudicar el comportamiento alimentario y, en algún caso, el bienestar, impidiendo así una actividad alimentaria diurna adecuada.
     
  • El acceso al agua de bebida: los cerdos deben tener acceso permanente a una cantidad de agua fresca.
     
  • Componente social: mezclas excesivas de animales y densidades elevadas.
     
  • Acceso a la tolva: debe estar situada en un lugar que permita un buen acceso de los cerdos, de tal forma que quede suficiente espacio a ambos lados de la boca de la tolva.
     
  • Genética: algunas líneas genéticas pueden ser más sensibles al estrés y a determinadas situaciones excitantes. Determinados cruces genéticos pueden designar el nivel de agresividad o voracidad de los animales y su comportamiento ante el acceso al alimento. En las tolvas individuales con alimentación ad libitum nunca deben llegar a producirse restricciones por falta de pienso, porque la respuesta de los cerdos ante este tipo de situaciones suele ser muy negativa. Los animales se vuelven más agresivos y violentos ante el malestar que les provoca el hambre, y suelen dirigir estos comportamientos hacia un estímulo alternativo como las colas, orejas o costados de sus compañeros, o bien rompen todo lo que tienen a su alcance. Esta conducta no les ayuda a saciar el hambre, pero sí a calmar su estado de ánimo.
     
  • Ausencia de estímulos: casi todos los estudios sobre la relación entre caudofagia y presencia de materiales que permitan las conductas exploratorias concluyen que el aporte de estos materiales reduce entre 10 y 12 veces la probabilidad de que aparezca un brote de caudifagia.
     
  • Nutrición: una nutrición inadecuada, con carencias de algún mineral o fibra puede no satisfacer las necesidades nutricionales de los animales y favorecer su nerviosismo. La textura y tamaño de partículas del alimento también pueden ser motivo de intranquilidad o excitación.

Recomendaciones:

Para evitar estas conductas redirigidas en los cerdos, podemos aplicar las siguientes recomendaciones:

  1. Revisar todos estos puntos y observar el comportamiento de los animales para identificar el motivo de esta conducta.
     
  2. Añadir algún tipo de material manipulable en los corrales para intentar redirigir la atención de los animales hacia otro punto.
     
  3. No dejar nunca la tolva sin pienso, excepto cuando hay que practicar el ayuno de los cerdos antes del sacrificio.
     
  4. Revisar cada día el funcionamiento de la tolva y comprobar que la cantidad de alimento y el flujo del agua sean adecuados.
     
  5. Tener en cuenta que no todos los cerdos se comportan de igual forma ante determinadas situaciones. Cada genética tiene sus particularidades, y conocerlas ayuda al ganadero a ofrecer a sus cerdos un ambiente adecuado.
     
  6. Aislar a los animales con heridas graves o que empiezan a sangrar, y también a los que muerden o demuestran una conducta más nerviosa o intensa.

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