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García: “El cerdo es el animal de investigación con más expectativas”

García: “El cerdo es el animal de investigación con más expectativas”

15 de mayo de 20 - Noticias

De la combinación entre Lleida, un territorio que concentra más de la mitad del censo porcino catalán, y la demanda de unas instalaciones especializadas en investigación, surge el CREBA (Centro de Investigación Experimental Biomédica Aplicada), una institución innovadora que realiza sus investigaciones con cerdos por sus similitudes con el ser humano, y ofrece formación especializada y continua a profesionales sanitarios. En esta entrevista, Dolores García, responsable veterinaria del CREBA, nos cuenta su funcionamiento.

¿Cuál fue el origen del CREBA?

El CREBA nació impulsado por la Diputación de Lleida con el ánimo de crear un núcleo tecnológico en investigación biomédica en un entorno con una producción porcina muy sólida, y por el IRB Lleida, el único instituto catalán de investigación biomédica fuera de Barcelona, acreditado por el Instituto de Salud Carlos III. Esto le otorga una verificación de calidad y producción científica. En este contexto, se decidió juntar los dos potenciales y crear un centro de investigación biomédica que se apoyara en el porcino.

¿Por qué el cerdo?

Por sus similitudes con el humano: similitudes anatómicas, histológicas e incluso, muchas veces, de comportamiento. De hecho, el cerdo se postula como el animal de investigación con más expectativas. Históricamente, los animales de investigación han sido los roedores, por su bajo coste y fácil manipulación, pero en determinadas enfermedades ya no se pueden obtener más resultados de ellos. En este punto es donde aparece la utilidad del cerdo, porque padece las enfermedades como nosotros.

¿Cuáles son tales similitudes?

El cerebro, por ejemplo. El nuestro tiene circunvoluciones y el de los roedores, con el que se hacen una buena parte de los estudios de neurociencia, es liso. En cambio, el de los cerdos también tiene circunvoluciones, aunque no tan pronunciadas como las nuestras. La piel es idéntica, cuando se observa al microscopio no puede distinguirse desde un punto de vista histológico, y los ojos son iguales, aunque los cerdos son miopes. El hígado también es igual y el corazón se parece, aunque tiene una vascularización diferente.

De izquierda a derecha: Dolores García, responsable veterinaria del CREBA; Marta Farré, administrativa, y Alba Boldó, técnica. Foto: Rotecna.  

¿Hay algún otro centro igual o similar al CREBA en España?

La peculiaridad de este centro es que nace para dar servicio a cualquier investigador. La mayoría de los centros sanitarios de referencia cuenta con su propio animalario para que sus cirujanos realicen pruebas y los residentes practiquen. El CREBA, a pesar de su estrecha vinculación con el Hospital Arnau de Vilanova de Lleida, no es el animalario de este hospital, sino un centro especial. El primer y único centro que apareció en España con unas características similares fue el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón, en Cáceres, en los años 90.

Una de las principales líneas de acción del CREBA es la formación. ¿Qué ofrecen?

Nuestra actividad principal es la formación de especialistas en nuevas técnicas. Ofrecemos reciclaje formativo a los profesionales: por ejemplo, realizamos formación a nefrólogos para que puedan realizar una biopsia renal o una diálisis peritoneal, técnicas de bisturí y aguja para las que se puede acudir a un cirujano. La mayoría de los profesionales que formamos son cirujanos, ya que es la especialidad sobre la que investigan y aparecen técnicas nuevas.

En cuanto a la investigación, la otra gran línea de acción del centro, ¿cuál es vuestra actividad?

Hacemos investigación biomédica con el objetivo de encontrar solución a problemas que puedan darse en el ser humano. Para ello utilizamos cerdos de granja que sean pequeños y los podamos manejar con facilidad. Por ello es muy interesante trabajar con “minipigs”, unos cerdos enanos cuyo peso máximo es de unos 45 kilos. El problema de estos cerdos es su precio, ya que un “minipig” cuesta entre 600 y 1.000 euros.

¿Cuál es el proceso para solicitar la realización de un proyecto en el CREBA?

El primer paso es dirigirse a nosotros y enviarnos una propuesta. Cuando la recibimos, valoramos si resulta viable desarrollarla en nuestras instalaciones. Si lo es, la trasladamos a nuestro comité de ética y de ahí al CEA (la Comisión de Experimentación Animal de la Generalitat), quien nos da el permiso definitivo para llevar adelante el proyecto. En paralelo, enviamos un presupuesto al solicitante con los costes de realización del proyecto. Por lo general, los solicitantes suelen ser médicos, aunque también se nos acercan biólogos.

Sala de formación quirúrgica del CREBA. Foto: Rotecna.

¿Con qué instalaciones cuenta el CREBA?

En la parte baja tenemos la zona de corrales, con capacidad para 40 lechones, y un patio que nos comunica con el CEP (Centro de Estudios Porcinos de Torrelameu), que es nuestro proveedor de animales y con el que compartimos instalaciones como la cámara frigorífica o la balsa de purines. En la parte superior del centro hay dos zonas: la de las aulas de formación y, en paralelo y bien separado, el pasillo de los quirófanos, al cual se accede a través de un vestuario. En total, tenemos cuatro quirófanos totalmente equipados: tres individuales y uno de formación, con cinco mesas.

¿Qué personal trabaja en el centro?

Somos cuatro personas, tres vinculadas directamente al cuidado de los animales y una administrativa. Además, externamente, contamos con el apoyo de los cirujanos del Hospital Arnau de Vilanova, que son los médicos del CREBA. En lo referente al cuidado de los animales, yo soy la responsable de veterinaria asignada al centro, con la doble vertiente de investigadora y supervisora del bienestar animal; luego tenemos una segunda veterinaria y una técnica en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal.

¿Cómo se financia la actividad del CREBA?

Por una parte, cada proyecto tiene su presupuesto para realizarse y, por otra, nosotros formamos parte del IRB Lleida, por lo que nos nutrimos de él. Sin embargo, gracias a los proyectos y, sobre todo, a los cursos de formación, cada vez somos más autosuficientes.

¿Cuál es ahora el reto del CREBA?

Nuestro objetivo es ofrecer un servicio mejor que el de la competencia y no bajar el nivel.

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