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Estudio técnico
Consejos y recomendaciones para el manejo de cerdos de engorde

Consejos y recomendaciones para el manejo de cerdos de engorde

25 de junio de 20 - Estudios

Josep Rius. Departamento Técnico de Rotecna. 

Ser un buen cuidador de cerdos de engorde implica tener unas cualidades específicas no siempre fáciles de reunir. El primer requisito que hay que cumplir es amar a los animales. Parece una obviedad, pero no siempre se cumple. Otros, no menos importantes, son:

  • Ser responsable y proactivo para cumplir con el cometido de velar por la salud de los animales que tiene a su cargo y garantizar una intervención activa de control y toma de decisiones, anticipándose a los acontecimientos.
  • Ser disciplinado, riguroso y constante para seguir y cumplir con perseverancia las pautas de trabajo establecidas.
  • Ser limpio y ordenado para mantener un espacio de trabajo en óptimas condiciones y tener bien ubicado todo lo necesario.
  • Ser mañoso o apañado para poder llevar a cabo un mantenimiento ciertamente diverso: conocimientos de montajes de diversos tipos, fontanería, soldadura, albañilería, electricidad, etc. 
  • Ser observador, sensible y compasivo para saber ver e interpretar lo que los animales expresan, tener la capacidad de ponerse en su lugar, mostrar piedad ante situaciones de sufrimiento ajeno y, finalmente, actuar en consecuencia.

Un cuidador es el primer responsable de velar por la salud y bienestar de los animales que están alojados en su granja. Por lo tanto, debe asumir los siguientes compromisos:

  • Cumplir y obligar a cumplir los protocolos de bioseguridad tanto internos como externos. 
  • Garantizar que los animales siempre dispongan de pienso y agua en condiciones óptimas.
  • Satisfacer sus necesidades en bienestar animal.
  • Asegurar un buen control ambiental durante todo el engorde.
  • Adquirir de forma continuada conocimientos zootécnicos para prevenir cualquier enfermedad de los cerdos y, en caso necesario, alertar con la máxima celeridad a los servicios técnicos veterinarios.

Para cumplir con dichos compromisos, los cuidadores deben conocer muy bien los procedimientos necesarios para garantizar su ejecución y supervisión. En ámbitos como:

Bioseguridad

La ubicación, las instalaciones y los equipos condicionan los medios específicos de los que dispone cada granja para aplicar medidas de bioseguridad. No obstante, los cuidadores deben estar muy bien informados -tanto si los animales que cuidan son propios como ajenos- para ser los primeros agentes en implementar todas las medidas de prevención posibles para protegerlos.

  • En bioseguridad externa (evitar la entrada de enfermedades): Supervisión de cualquier elemento externo que penetre en el interior del perímetro vallado de la granja, ya sean personas, vehículos, animales, en especial los roedores.
  • En bioseguridad interna (evitar la diseminación de enfermedades en el interior de la granja): Limpieza y desinfección de todo lo que esté en contacto directo con los animales: higienización del agua, silos, superficies de los corrales, tuberías de agua, equipos de medicación, calzado, ropa, agujas, tableros de separación y otros materiales. Delimitación de zonas limpias y sucias mediante barreras físicas o carteles, gestión de los animales muertos, colocación de pediluvios, etc.

Alimentación

Existen diferentes sistemas de alimentación en el mercado. Independientemente del que se use, el objetivo siempre es el mismo: satisfacer las necesidades alimentarias de los animales con el mínimo desperdicio de pienso.

Los cuidadores deben supervisar diariamente los sistemas de alimentación, y asegurarse de que todos los animales tienen acceso al agua y al pienso de forma adecuada. Ello incluye tanto la correcta regulación de los mecanismos de dispensación como la verificación de que nunca les falte alimento.   

Control ambiental

El mantenimiento de las condiciones ambientales en el interior de las naves de engorde es fundamental para optimizar el rendimiento de los cerdos. Una temperatura, humedad y calidad del aire adecuadas estimulan el consumo, previenen la aparición de enfermedades y evitan que los animales utilicen parte de las propiedades aportadas por el alimento para termorregularse.

Cuidados

En este punto se incluirían todas las tareas dirigidas a prevenir, diagnosticar, curar las enfermedades de los animales, y garantizar su bienestar. Esto incluye la observación diaria de los animales, la aplicación de tratamientos farmacológicos, la planificación de alojamiento y densidades de los corrales, la limpieza, el traslado a la enfermería, etc.

Mantenimiento

Limpieza y orden tanto del exterior como del interior de las naves. Conservación en perfecto estado de funcionamiento de todos los elementos o mecanismos que están en contacto con los cerdos: silos y líneas de transporte de pienso, equipos de potabilización y conducción del agua, medicadores, ventilación, calefacción, ventanas y telas pajareras, control de plagas, contenedor de cadáveres, etc.

RUTINA DE TRABAJO

Las rutinas diarias nos ayudan a planificar mejor nuestro trabajo, ahorrar tiempo y ser más eficaces en su ejecución, además de aumentar nuestra sensación de control y dominio sobre lo que estamos haciendo. Al contrario, la desorganización genera caos y provoca situaciones inesperadas o ajenas a lo planificado, con el consiguiente esfuerzo suplementario que hay que aplicar para realizarlo. Para que se conviertan en un hábito hay que aplicar fuerza de voluntad y autodeterminación. Una vez adquirido el hábito de una forma consciente, sus beneficios aportan seguridad, y a su vez, la fuerza y el ánimo necesarios para alcanzar nuevos retos o niveles.   

En el trabajo habitual de un cuidador de cerdos de engorde hay que ejecutar tanto tareas físicas como mentales. Para no olvidarlas y garantizar que se cumplen es muy útil establecer un control rutinario de todas las faenas a realizar durante un día, una semana o entre ciclos.

A modo de ejemplo (sin tener en cuenta las especificidades de cada granja) un protocolo de manejo con alimentación en tolvas puede ser el siguiente:

Rutinas diarias

  • Ejecución de los protocolos establecidos entre las zonas sucias y limpias para entrar en la granja.
  • Primer control ambiental: lectura de sensores de medición o controladores (en el caso de la temperatura es necesario disponer de un termómetro de máxima y mínima para contrastar la información) y, si es necesario, ejecución de las acciones para su rectificación. Anotar todas las lecturas en los registros diarios.
  • Control y anotación en el registro diario del consumo de agua.
  • Revisión de las tolvas y bebederos: observación de la cantidad de pienso del interior de la tolva. Evaluación y ajustes para garantizar el flujo de agua y una cobertura del plato de alimento.
  • Supervisión individual de cada uno de los cerdos (hacerlos levantar para comprobar que pueden andar correctamente). Para ello es necesario llevar las herramientas para tratarlos y marcarlos, y un tablero de separación. Anotar a los animales tratados para su control y trazabilidad.
  • Apertura de las líneas de transporte de pienso (nunca irse de la granja sin certificar que todas las tolvas están llenas y el sistema parado).
  • Traslado de los animales enfermos a las enfermerías. Especial atención a los animales que se encuentran en ella.
  • Traslado al contenedor de cadáveres en caso de baja.
  • Ejecutar tareas de mantenimiento o limpieza.
  • Revisión del estado del material de investigación y manipulación del que disponen los animales. 
  • Controles ambientales: durante el día se realizarán tantos como sea necesarios.

Rutinas semanales:

  • Analizar tendencias o patrones registrados durante la monitorización del agua, pienso, controles climáticos o salud de los animales, entre otros.
  • Planificar la logística de suministros de la granja.
  • Revisión o control del registro de visitantes, tratamientos farmacológicos individuales o generales.
  • Pruebas de todos los dispositivos de emergencia o alarma que se utilicen en la granja.
  • Comunicación con los servicios técnicos veterinarios.
  • Tareas de limpieza y mantenimiento.
  • Control del estado de las fosas y balsas de purines.
  • Control, registro y gestión de los biocidas utilizados en la granja.  
  • Gestión de la retirada de cadáveres.

Rutinas entre ciclos:

  • Se realizarán todas las labores de limpieza, desinfección y mantenimiento del interior de las naves, equipos de medicación, conducciones de agua, silos, transporte de pienso, equipos de ventilación o calefacción, así como de oficinas, cambiadores, duchas, baños, etc. 
  • Análisis.
  • Gestión de los trámites administrativos.
  • Vaciado de fosas y control de la balsa de purines.
  • Limpieza y mantenimiento del exterior de las naves.

Este es solo un ejemplo de cómo estructurar un manual de manejo de las diferentes tareas a realizar en una granja de engorde de cerdos. Cada granja dispone de unas instalaciones y equipos -incluido el humano- diferentes. Sin embargo, los objetivos de un cuidador son los mismos: preservar la salud y bienestar de los animales, y alimentarlos de forma eficiente. Para conseguirlo resulta muy útil disponer de rutinas de trabajo por escrito, porque ayudan -no solo al cuidador, sino a todo el equipo técnico responsable- a fijar un rumbo en común. Ahora bien, es una herramienta que no desarrollará todo su potencial o utilidad si no va acompañada de una formación continuada, que permitirá que los cuidadores adquieran los conocimientos necesarios para asimilar lo positivo de su aplicación. 

Cuidar cerdos de engorde es un oficio desconocido para la mayoría de la gente desvinculada del sector agrícola o ganadero, que, con frecuencia, está asociado a ocupaciones poco cualificadas. Como se ha podido comprobar, es una creencia muy alejada de la realidad. Un buen cuidador de cerdos de engorde desempeña un trabajo muy completo para el que es necesario disponer de conocimientos y habilidades en los diferentes ámbitos incluidos en su día a día.  

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