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Crece la actividad del sector porcino de Bolivia

Crece la actividad del sector porcino de Bolivia

10 de octubre de 19 - Noticias

El sector porcino boliviano se ha incrementado hasta un 16%, en los dos últimos años, a causa del movimiento de animales. Éste, ha ido acompañado de un crecimiento del 10% en el número de madres reproductoras, con la consiguiente creación de nuevos puestos de trabajo en el sector.

Por sistemas productivos, la producción a gran escala representa el 25 %, mientras que un 75 % se produce a mediana y pequeña escala. Por zonas, Santa Cruz, además de ser la ciudad más poblada del país, es la mayor productora de cerdo, proveyendo el 80% del consumo nacional. En segundo plano se sitúa Cochabamba, con un 13% y, el resto pertenece a la ciudad de Sucre, el tercer productor del país.

PRODUCCIÓN

El origen de la porcinocultura boliviana se remonta a la época colonial, cuando los sistemas de producción eran familiares y se ubicaban en los espacios contiguos a las casas. El autoconsumo era la principal forma de producción, y esencialmente se dirigía a los mercados locales. La porcinocultura empieza a ser una actividad económica a partir de los años 80 del siglo pasado. Los mercados principales eran los de Santa Cruz, Cochabamba y Sucre, que se han mantenido en la cumbre hasta el día de hoy.

Controlar sanitariamente los desarrollos de la crianza de los cerdos para obtener una carne de mejor calidad se volvió una necesidad en los años 90, que se resolvió con una importante inversión en la tecnificación de la producción porcina.

A partir del año 2000, Bolivia, junto a diecinueve países, entró a formar parte del “Plan continental para la Erradicación de la Peste Porcina Clásica”. Este proyecto fue lanzado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el objetivo de implementar estrategias de control para esta enfermedad. El país boliviano fue representado por la Asociación Nacional de Porcicultores de Bolivia (ANAPOR).

El año pasado, en la industria alimentaria boliviana, concretamente en la carne de cerdo, se produjo una crisis por un exceso de producción. Los granjeros habían excedido un total de 4 mil toneladas respecto a las cifras de 2016. Afortunadamente, el Gobierno de país acordó un convenio con Perú para la creación de nuevos mercados. No obstante, a finales del año pasado el nivel de faena agraria empezó a menguar, y se culpó directamente a los comerciantes de carne.

IMPORTACIÓN

De acuerdo con los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la cantidad de importación por embutidos de cerdo hasta 2017 fue de 10.042 kilogramos (kg), 3.000 kilos más que en el año 2015. En enero de este año se auguraba una importación de 3.904 kg.

Desde el año 2000 en adelante, se empieza a importar material genético para mejorar los procesos nutritivos de las especies animales. En ese momento, es cuando aparecen los primeros comerciales importadores de insumos para esta área. En 2008 se diversificó la producción, se expandió el mercado y se logró la industrialización de la carne de cerdo de granja. Esta temporada, las instalaciones agrarias con más trayectoria de Bolivia iniciaron una producción de 200 a 300 madres. Las dos más relevantes son la Cabaña Agradece de Roberto Arce y la Granja de Paichanetú de Calixto Romero.

COMERCIALIZACIÓN Y CONSUMO

Conforme con Adepor, Santa Cruz suministra el 80 % de la demanda nacional de carne de cerdo. Los cruceños consumen hasta 8,2 kilos de carne de cerdo al año.

La actividad porcino cultural del Bolivia genera alrededor de 225 millones de dólares al año, por la venta directa del animal. Mensualmente, cerca de 2.200 toneladas de carne de cerdo se distribuye en mercados, que finalmente se ponen a disposición de la industria y del usuario consumidor. En 2017, estas cifras ascendieron notablemente, elevando el valor a 8 bolivianos (Bs) el kilogramo, lo que corresponde a un valor aproximado de 1 euro.

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