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Beneficios de fertilizar con purín de cerdo separado mecánicamente
15 de julio de 19 - Estudios
Oscar Toledano. Coordinador de Marketing en Rotecna.
Joan Clos y Carlos Malla. Responsables de TecnaPur-Rotecna.
Cada vez que se recoge una cosecha, se extraen del suelo grandes cantidades de nutrientes, por lo que los cultivos deben ser abonados para garantizar su correcta nutrición y mantener el suelo con unos niveles de fertilidad adecuados. Por otra parte, tanto organizaciones públicas como privadas aconsejan la utilización del purín como fertilizante orgánico, no solo por su excelente capacidad de fertilización, sino también para cerrar el ciclo de los nutrientes y fomentar la economía circular. El cultivo extrae nutrientes del suelo y se usa para alimentar a los animales, que generan purines que, a su vez, se aplican al suelo aportando nutrientes a las plantas, con lo que se consigue reducir el uso de caros abonos minerales comerciales de origen sintético o extractado.
Para utilizar el purín de cerdo como fertilizante debemos conocer su composición en nutrientes, el valor y la eficiencia fertilizante de cada uno de ellos, las necesidades específicas de cada cultivo en cada una de sus fases de crecimiento y su productividad por hectárea. Todo ello nos permitirá calcular la dosis y el período de aplicación más adecuados para ajustar la aportación de nutrientes a su extracción, tras lo cual debemos utilizar un método de aplicación conveniente para garantizar toda la superficie del suelo, con la finalidad de optimizar la fertilización y minimizar pérdidas y emisiones. El purín de cerdo contiene todos los elementos minerales necesarios para la nutrición de las plantas: macronutrientes primarios (N, P y K), macronutrientes secundarios (S, Ca, Mn) y el resto de micronutrientes (oligoelementos), por lo que, si se dosifica correctamente, resulta un excelente fertilizante y puede llegar a sustituir completamente la fertilización mineral en algunos casos, como en el cultivo de cereales de invierno en muchas zonas de secano. En otros casos, su uso permite reducir significativamente la aportación de fertilizantes comerciales.
“Conocer la composición del purín permite calcular la dosis de aplicación”
La composición de nutrientes del purín de cerdo varía según la edad del animal que los produce y su tipo de alimentación, ya que excretan más o menos nutrientes dependiendo de la composición del pienso que consumen respecto a las necesidades en cada una de sus fases de crecimiento. En todo caso, dentro de una misma explotación, los excrementos suelen tener una composición relativamente estable que debe ser analizada.
Residuo seco de la máquina de separado de sólidos TP-01 de Rotecna. Foto: Rotecna.
En la actualidad existen métodos rápidos y fiables para medir la composición del purín, incluso justo antes de su aplicación, en la misma cuba que los transporta y aplica. La concentración de nutrientes por unidad de volumen de purín varía considerablemente según el tipo de explotación, principalmente a causa de las diferencias en el aporte de agua, mucho más alto en purines procedentes de granjas de cerdas (donde solo se producen lechones) y más bajo en granjas de engorde (en las que se da mucha variabilidad según el tipo de alimentación y bebedero utilizados). Esto afecta principalmente al volumen de líquido que debe utilizarse para aportar una misma cantidad de nutrientes.
La composición y la concentración, por su parte, se ven afectadas por la estratificación de fases en fosas y balsas, ya que una parte de los sólidos sedimentan en el fondo y otros flotan en la superficie; en la parte sólida se concentran los elementos menos solubles, como el fósforo y el nitrógeno orgánico.
Generalmente, en suelos de fertilidad normal, el elemento clave para incrementar la producción de los cultivos es el nitrógeno, aunque a partir de una determina dosis, si no se aplica adecuadamente o en el periodo correcto, no solo pasa a disminuir la productividad, sino que puede comportar problemas medioambientales causados por las emisiones de gases de efecto invernadero, además de contaminar el agua. Por este motivo, se suele dosificar la cantidad de purín según el aporte de nitrógeno y las necesidades del cultivo. En el caso de España, la aportación de nitrógeno de origen animal está limitada por ley a 170kg/ha, que en zonas vulnerables puede superarse siempre que exista una justificación agronómica técnica.
"En España la aportación de nitrógeno de origen animal está limitada por ley a 170kg/ha en zonas vulnerables"
El nitrógeno del purín de cerdo puede llegar a tener una concentración del 0 % en su forma inorgánica (de absorción rápida por parte de las plantas) y el resto en forma orgánica (de absorción lenta, ya que se ha de transformar), una característica que lo convierte en apto como fertilizante de cobertura una vez nacido el cultivo, no tan solo de fondo antes de la siembra.
Es importante considerar que aportar demasiado nitrógeno de fondo puede ser contraproducente. Puesto que la demanda de las primeras fases de crecimiento del cultivo es baja, según el tipo de suelo y la climatología, el nitrógeno, que es muy soluble, puede llegar a la lixiviación si permanece mucho tiempo sin ser absorbido por la planta, por lo que se recomienda fraccionar las dosis y hacer la mayor aportación en cobertura, donde la demanda de nitrógeno de absorción rápida del cultivo es máxima.
En cultivos con baja demanda de nitrógeno, fertilizar con purín con alta concentración de nitrógeno en dosis fraccionadas de fondo y cobertura puede resultar poco viable con según qué equipos de aplicación, ya que no pueden dosificar homogéneamente pequeños caudales.
Además, al elegir el método de aplicación debemos tener en cuenta que el nitrógeno inorgánico se convierte en amoniaco gaseoso en contacto con el aire, que se desprende a la atmósfera (especialmente a altas temperaturas), con lo que se reduce el valor fertilizante nitrogenado del purín y, además, genera un grave problema medioambiental a propósito del cual la legislación de reducción de emisiones es cada vez más exigente.
Es preferible utilizar métodos que lo distribuyan a nivel del suelo, como mangueras e inyectores, que reducen significativamente las pérdidas de nitrógeno respecto a los de abanico, a la vez que garantizan una distribución más homogénea, especialmente los que disponen de sistemas precisos de control del volumen de purín dispensado por superficie de campo.
En muchos tipos de cultivo, con la dosificación óptima en base al aporte de nitrógeno necesario, el purín aporta más fósforo que el que se retira. Dado que el fósforo tiene muy poca movilidad en el suelo se acumula con el tiempo, lo que plantea un grave dilema a largo plazo, ya que representa un desperdicio de este elemento, clave para la agricultura y de alto valor estratégico, porque, a pesar de ser relativamente abundante, hay muy pocas fuentes de roca fosfática y tiene un precio muy volátil.
En muchos países se limitan las cantidades máximas de fósforo que puede haber en los suelos cultivables, y es de esperar que dichas limitaciones lleguen a Europa, con el objetivo de preservar el suministro de esta materia prima fundamental para la vida.
Fosa de purines sólidos separados mecánicamente en Talavera de la Reina, Toledo. Foto: Rotecna.
Por otra parte, el exceso de fósforo en el suelo puede representar un problema medioambiental en suelos con altos niveles de erosión, ya que puede llegar a contaminar las aguas (eutrofización), favoreciendo la proliferación de algas, que exigen cantidades adicionales de oxígeno para descomposición, lo que afecta a la fauna acuática debido a la reducción del oxígeno disponible. Para optimizar la gestión y el valor de los purines se aplican diferentes tecnologías de tratamiento. El tratamiento primario de los purines es la separación mecánica, mediante el cual se genera una fase líquida y una fase sólida. Esta separación produce una redistribución y concentración de los nutrientes que mejora su aplicación como fertilizante y evita problemas medioambientales. Además, es el primer paso de cualquier programa de tratamiento de deyecciones ganaderas porcinas.
La separación mecánica consiste en pasar el purín a través de un tamiz que retira hasta el 40 % de los sólidos que contiene, y deja solo las partículas más pequeñas, con lo que conseguimos los siguientes beneficios:
VENTAJAS DE LA SEPARACIÓN MECÁNICA PARA LA FRACCIÓN LÍQUIDA SEPARADA
- Reducción de los costes de aplicación como consecuencia de la disminución del volumen de purín líquido a aplicar hasta en un 15 %.
- Mejora de las cualidades fertilizantes del purín en suelos con altos contenidos de fósforo, debida al aumento de la proporción de nitrógeno por unidad de fósforo aplicada: en la fase sólida la cantidad de oxígeno se reduce respecto al contenido inicial, con lo que aumenta la proporción de fósforo.
- Mejora de las propiedades fertilizantes en cobertura, cuando el cultivo necesita un mayor aporte de nitrógeno, puesto que aumenta la proporción de nitrógeno inorgánico, que es de absorción rápida.
- Según la tecnología utilizada para la separación, evita contaminar el suelo con partículas impropias, como plásticos, ya que permite retirarlas durante la separación.
- Mejora de la fertilización debida a la facilidad, rapidez y eficiencia de la homogeneización en las balsas antes del bombeo: es más fácil eliminar las costras superficiales y los sedimentos del fondo, porque están formados por sólidos de pequeño tamaño.
- Mejora de la aplicación y reducción del coste, puesto que no es necesario el uso de bombas trituradoras y agitadores en la maquinaria de aplicación. Resulta ideal para utilizarse en sistemas de inyección, mangueras en superficie e incluso en sistemas de riego, si la separación es muy eficiente.
- Facilidad de cálculo de la composición de nutrientes y de aplicación e infiltración en el terreno a nivel reticular, con la consiguiente reducción de emisiones y mejora de la eficiencia de la fertilización nitrogenada, incluso en caso de utilizar técnicas de mínimo laboreo, como la siembra directa. Esto también facilita y mejora su aplicación como abono de cobertura en cultivos ya nacidos, ya que la fase líquida es muy homogénea y no contiene partículas grandes.
- Facilidad en la aplicación de cualquier tratamiento posterior, debido a su homogeneidad y a la ausencia de partículas grandes.
VENTAJAS DE LA SEPARACIÓN MECÁNICA PARA LA FASE SÓLIDA SEPARADA
- Aumento del valor, por la concentración de los nutrientes en poco volumen, lo que permite su transporte a zonas que tienen costes de fertilización mucho más altos al no disponer de abonos de origen animal localmente.
- Mejora de las propiedades fertilizantes de fondo cuando el cultivo necesita un menor aporte de nitrógeno pero una mayor aportación de materia orgánica, puesto que aumenta la proporción de fósforo y de nitrógeno orgánico.
- Según la tecnología utilizada para la separación, evita contaminar el suelo con partículas impropias, como plásticos, ya que permite retirarlas durante la separación.
- Facilidad en la aplicación de tratamientos posteriores: secado solar, compostaje, digestión anaeróbica, etc.
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