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Fuerte aumento de la demanda local de carne de cerdo en Uruguay

Fuerte aumento de la demanda local de carne de cerdo en Uruguay

22 de septiembre de 22 - Noticias

La producción porcina en Uruguay se caracteriza por haber experimentado un importante crecimiento en los últimos diez años en términos de consumo. Pese a ello, este incremento no se ha trasladado a la producción, que en la última década se ha ido reduciendo. Actualmente, el país tan solo cuenta con una pequeña producción de alrededor de 13.000 toneladas de carne de cerdo por año.

Incremento del consumo

Como hemos mencionado, el cambio más relevante que se ha producido en los últimos años en el sector porcino uruguayo ha sido el fuerte aumento de la demanda doméstica de carne fresca. En este período, el consumo de carne porcina per cápita en el país se ha duplicado gracias al incremento de las importaciones, ya que la producción local sufre una disminución desde 2015. Actualmente, el consumo de carne porcina en Uruguay ha alcanzado los 18 kg por habitante y año, una cifra muy superior a los 9,7 kg que se consumían en 2010. Este consumo se ha sustentado en las importaciones, sobre todo de países como Brasil (que es el principal abastecedor), España, Alemania y Chile.

El aumento en el consumo representa una oportunidad de crecimiento para la producción nacional, algo que podría desplazar parcialmente la importación de carne de cerdo. Además, se prevé que esta tendencia siga al alza gracias a una mayor competitividad en el precio frente al de otras carnes.

Heterogeneidad del sector

Otra de las particularidades del sector porcino uruguayo es la heterogeneidad de actores y modelos empresariales. La mayor parte de la producción porcina uruguaya está en manos de empresas integradas que abarcan desde la cría de cerdos hasta la comercialización de su carne. Estas empresas, gracias a la tecnología y a las inversiones realizadas, han conseguido llegar a niveles de productividad similares a los de Brasil (principal exportador mundial). Por otro lado, los pequeños y medianos productores, algunos de ellos agrupados en cooperativas, no han podido acceder a las mejoras que ofrece la tecnología y aún requieren de mucha inversión para mejorar su productividad y competitividad, con el objetivo de hacer frente a la creciente competencia de la carne importada. Muchos de estos pequeños productores han ido abandonando la producción de cerdos en los últimos años, provocando así una concentración de la actividad ganadera en las empresas integradoras.

Pero tanto los grandes como los pequeños productores deben hacer frente al principal problema del sector porcino uruguayo, y del que ya hemos hablado: la persistente caída de la producción nacional y el avance de la carne importada en el mercado doméstico. Además, aunque muchas granjas uruguayas han logrado alcanzar buenos niveles de productividad, las empresas de este país no están participando en el creciente mercado internacional de la carne de cerdo, lo que supone una importante pérdida.

Pese a estos problemas, Uruguay dispone de recursos para desarrollar su sector porcino, como un clima adecuado, disponibilidad de agua, producción de grano, buen estatus sanitario y buena reputación como productor de alimentos. Sin embargo, el sector porcino necesita dar algunos pasos más y adoptar las últimas tecnologías disponibles, mejorar la bioseguridad, invertir en formación del personal que trabaja en las granjas, adecuar el sistema sanitario para la exportación de carne, etc.

Oportunidades

El incremento en el consumo de carne de cerdo podría conllevar distintas oportunidades y posibilidades de inversión para el sector porcino uruguayo. En este sentido, se prevé que la llegada de capitales extranjeros y la importación de genética contribuyan al desarrollo de la producción porcina. Por otra parte, las importaciones serán un importante factor de competencia, dado su aumento en los últimos años, que, a su vez, puede llevar a una mejora de la producción local.

Por último, cabe destacar que la carne porcina uruguaya tiene un gran valor, ya que se trata de una carne muy saludable producida sin hormonas de crecimiento ni antibióticos, a diferencia de las carnes importadas, generalmente congeladas.

Fuente: Oficina de Programación y Política Agropecuaria de Uruguay.

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