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Descubre todos los beneficios del uso agronómico del purin

Descubre todos los beneficios del uso agronómico del purin

12 de julio de 22 - Noticias

Óscar Toledano. Director Comercial Rotecna

Para la gran mayoría de los ganaderos de porcino la gestión de los purines es un coste, lo que es paradójico, ya que el purín es un excelente fertilizante orgánico. De hecho, los nutrientes de 1 m3 de purín tienen un valor de 15 a 20 euros, muy por encima de su coste de aplicación, por lo que deberían generar ingresos.

Entonces, ¿qué es lo que nos dificulta monetizar este valor?

Por un lado, al estar compuesto de alrededor de un 95% de agua, el coste de transporte por unidad fertilizante es 95 veces mayor que el de un fertilizante comercial, pero eso se compensa por estar producido junto a los cultivos. Por otro lado, la especialización del sector primario ha comportado una desconexión entre ganaderos y agricultores, por lo que los agricultores que no producen purín no conocen exactamente su composición.

Además, a pesar de tratarse de un fertilizante orgánico, la mayoría de los nutrientes que contiene están muy mineralizados y disueltos en agua. Esto hace que sea más apropiado para fertilización de cobertura, cuando los cultivos están en crecimiento máximo y demandan más nutrientes, ya que, si se aplica en exceso de fondo antes de la siembra, para cuando los cultivos los necesitan, los nutrientes solubles ya se han lixiviado del suelo, por lo que puede llegar a contaminar los acuíferos.

Finalmente, insistimos en hablar del purín como un problema, por lo que reducimos la percepción de valor percibido de los agricultores, que no responde a una disminución del valor del purín como fertilizante ni a un exceso de oferta, ya que hay suficientes cultivos para aplicar todo el generado de forma adecuada y sostenible.

Entonces, ¿qué debemos hacer para monetizar este valor?

Primeramente, hacer un uso eficiente del agua para maximizar la concentración de nutrientes por unidad de volumen de purín y reducir sus costes de gestión. Es vital revisar chupetes y promover el uso de sistemas de bebederos con válvulas de nivel de agua, que reducen hasta en un 50% el consumo aparente.

Seguidamente, reducir lo máximo posible las emisiones, tanto en naves como durante el almacenaje y la aplicación, por un lado, para no perjudicar el medio ambiente y, por otro, para maximizar los nutrientes que contiene el purín una vez entra en contacto con la tierra.

Posteriormente, separar el líquido del sólido. Esto permite una reducción del volumen del líquido a gestionar, que a la vez favorece la homogeneización de la fracción líquida resultante, que contendrá una mayor proporción de nutrientes de rápida absorción por los cultivos. Así, será necesaria una cantidad inferior de tierras para su gestión como fertilizante de cobertura, de manera que se podrá aplicar en las tierras más cercanas, reduciendo costes, especialmente si se hace por fertirrigación.

La fracción sólida restante contiene una alta concentración de nutrientes y materia orgánica, por lo que es un producto de alto valor fácil de transportar, especialmente si se composta, y es un excelente fertilizante de fondo que mejora significativamente las características del suelo al contribuir con un mayor aporte de materia orgánica.

Por otra parte, se debe tener un adecuado volumen de almacenaje de ambas fases, ya que la aplicación es estacional y depende de la zona y las necesidades de los cultivos. Durante su almacenaje, es recomendable compostar la fase sólida, que reducirá su volumen, concentrando los nutrientes, estabilizándolos, aumentando su valor y reduciendo el coste de transporte y aplicación.

En cuanto a la aplicación, se debe caracterizar para saber la cantidad de cada nutriente en su composición, para poder dosificar exactamente la cantidad de nutrientes que el cultivo necesita. Actualmente existen sistemas muy económicos y bastante exactos que permiten conocer la concentración de nutrientes de la fase líquida por conductimetría cada vez que se aplican. Además, debemos aplicarlo en el momento y con el sistema adecuados: el sólido de fondo antes de la siembra, el líquido en cobertura. Debe tenerse en cuenta que, para aplicar fertilizantes en cobertura, lo ideal es fertirrigar y, si no hay riego, utilizar sistemas de aplicación que permitan entrar en los campos cuando los cultivos están en crecimiento.

Igualmente, debemos informar a los agricultores de los beneficios del uso del purín, y de cuándo y cómo aplicarlo adecuadamente para maximizar la productividad de los cultivos y evitar los problemas medioambientales.

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El sector trabaja para reducir el volumen de purines. Foto: Rotecna.

Finalmente, hemos de tener en cuenta que la Comisión Europea promueve un paquete de medidas bajo el título de “El Pacto Verde Europeo”, para impulsar un uso más eficiente de los recursos, con el objetivo de llegar a ser el primer continente neutro en emisiones en el año 2050. Dentro de estas medidas se contempla para 2030 reducir la utilización de fertilizantes de origen extractivo y sintético en un 20% y estimular el desarrollo sostenible de la oferta de productos ecológicos, pasando del 8% del total de cultivos bajo agricultura ecológica actual al 25%, que posiblemente se module a través de la PAC.

Esto va a fomentar e incentivar la demanda de fertilizantes orgánicos, por lo que el valor de cada unidad de nutriente de origen orgánico va a ser superior a la de los fertilizantes de síntesis o extractivos, especialmente los que se pueden destinar a cultivos de productos ecológicos, como es el caso de los fertilizantes procedentes de la valorización de las fracciones sólidas del purín. Además, la actual coyuntura hace prever que los fertilizantes comerciales van a seguir aumentando de precio de forma constante en los próximos años.

Si utilizamos el modelo de gestión adecuado, podemos reducir el coste de aplicación y aumentar el valor entregado a los agricultores, incluso por encima del que les aportan los fertilizantes que usan actualmente, por lo que, si lo hacemos correctamente, no hay razón para que no les podamos cobrar por el fertilizante que les suministramos.

Es vital para el sector que avancemos en esta dirección, tanto para aumentar nuestra sostenibilidad medioambiental como económica, y garantizar nuestra supervivencia.

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