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Estudio técnico
¿Cómo reducir el número de nacidos muertos con la alimentación?

¿Cómo reducir el número de nacidos muertos con la alimentación?

02 de agosto de 22 - Estudios

Josep Rius. Técnico de Rotecna.

La incorporación de la alimentación electrónica para las cerdas ha abierto un amplio campo de posibilidades para mejorar su bienestar y productividad. Una de las grandes ventajas de tener este tipo de equipos en las granjas es que permite disponer de una herramienta actualizada con la que poder aplicar los nuevos avances que genera y ofrece la investigación científica, que empieza a dar sus frutos tras la experimentación que se está llevando a cabo desde que se empezaron a implementar este tipo de equipos.

Una de sus grandes aportaciones es la posibilidad de disponer de un sistema de alimentación que puede ofrecer comida durante las 24 horas del día, un hecho que ha permitido que se puedan realizar todo tipo de pruebas alimentarias impensables antes de que se introdujeran este tipo de dispositivos, como, por ejemplo, la relación existente entre el tiempo trascurrido entre la última comida de la cerda, el inicio del parto, la duración del mismo, y su correlación con los lechones nacidos muertos.

No es un tema nuevo, pero sí lo es disponer de las herramientas necesarias para aplicarlo. Si no se dispone de ellas, se depende del horario de los cuidadores para alimentar a los animales, que, con frecuencia, no se corresponde con sus necesidades.  

Los lechones nacidos muertos

Como ya sabemos, cuando hablamos de nacidos muertos habría que diferenciar entre los ya están muertos antes del parto y los que mueren durante el parto. En este caso, solo vamos a centrarnos en los que mueren por asfixia durante un parto prolongado, sin olvidar que hay factores predisponentes en la morfología de los lechones y la placenta que ya están presentes antes de que comience el parto (C. Farmer, S.A., Edwards. The suckling and weaned piglet. Wageningen Academic Publishers. Pag 9-39).

En general, existen varios aspectos que pueden incidir en el aumento de la duración del parto:

  • Camadas numerosas. Una mayor cantidad de lechones puede provocar un parto más largo y complicado para la cerda, así como una menor uniformidad de la camada. En especial, los lechones pequeños se encuentran en riesgo más alto.
     
  • Condición corporal. Las cerdas obesas o con exceso de grasa dorsal han demostrado tener una duración del parto más alta y una propensión a tener un parto débil y distócico. Suelen ser animales poco ágiles para realizar movimientos antes y durante el parto y cuya dificultad respiratoria tiende a aumentar cuando la temperatura y humedad son altas (Gráfico 1).
     

partos en granja cerdos
Gráfico 1. Efecto del espesor de grasa dorsal en la duración del parto (Oliveiro, 2010).

  • Bienestar. El dolor y el estrés anterior al parto y durante el mismo pueden afectar a la síntesis de hormonas como la oxitocina y la prolactina, afectando a la duración del parto y a la producción de leche. La lesión y la inflamación asociadas con el parto (especialmente en la distocia) pueden tener efectos negativos sobre el bienestar y la productividad. Investigaciones con parideras libres demuestran que el suministro de material para la construcción de nidos antes del parto reduce su duración y el porcentaje de lechones nacidos muertos en comparación con los controles sin sustrato relevante.
     
  • Control ambiental. No disponer de una buena circulación de aire para el intercambio de gases y una adecuada disponibilidad de oxígeno antes y durante el parto afecta a la frecuencia cardiaca y respiratoria, debido al incremento metabólico para diversos procesos fisiológicos, como la contracción uterina.
     
  • Ciclo productivo. En primerizas, ya sea por la novedad e inexperiencia o porque los lechones son demasiado grandes, y en ciclos avanzados con camadas numerosas, las cerdas se cansan antes, prolongando la duración del parto.   

La alimentación antes del parto

El proceso de transición de la cerda gestante a lactante es un periodo crítico para mantener su salud y productividad. Por regla general, de la energía que ingiere una cerda en gestación, el 70% o más se utiliza para cubrir sus necesidades de mantenimiento, y solo alrededor del 30% se usa para la producción (fetos, placenta, líquido amniótico, membranas, útero). Los días previos al parto, la cerda aumenta de forma importante su demanda de nutrientes para satisfacer el crecimiento fetal y de la glándula y tejidos mamarios, como preparación para la producción de calostro y leche. Ante estas necesidades, las cerdas entran en un balance energético negativo y metabólicamente pasan de un estado anabólico a catabólico para, a través de sus reservas corporales, intentar movilizar la fuerte demanda nutricional a que son sometidas (por ejemplo, los lechones doblan su peso en las dos últimas semanas de gestación). Como ya sabemos, hay que evitar los extremos y tener en cuenta que un balance energético negativo moderado en esos 10 días preparto tiene beneficios en la producción lechera (Alonso y Palomo, 2021).   

Esta demanda nutricional estará supeditada, entre otros, al peso, condición corporal y reservas de la cerda, sus necesidades de crecimiento y mantenimiento, el tamaño de la camada y su habilidad para movilizar energía y minerales, en concreto el calcio y el zinc.

La alimentación con dietas de gestación tiene una baja densidad proteica y energética, mientras que las de lactación tienen un elevado contenido de proteína y energía, además de niveles-calidad de fibra y calcio digestible/fósforo digestible muy diferentes, lo que implica un salto tanto cuantitativo como cualitativo que debemos tener en consideración. En la práctica, en granja, limitados muchas veces por factores infraestructurales y de manejo, la transición de un pienso a otro se hace como más le conviene a cada uno, entendido como lo más fácil, y no necesariamente como lo óptimo desde el punto de vista nutricional (Alonso y Palomo, 2021). Por supuesto, lo óptimo sería incluir un pienso de periparto con la composición adecuada para hacer frente a las necesidades nutricionales de las cerdas en el delicado periodo de transición. 

La energía antes y durante el parto 

En 2017, un estudio del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) dirigido por Peter K. Theil demostró que garantizar un suministro continuo de energía con una dieta alta en fibras a las cerdas durante los días previos al parto mejora notablemente el potencial de aumentar la supervivencia y vitalidad de los lechones.

En el estudio se compararon dos grupos de animales:

  • Grupo 1: cerdas alimentadas 3 veces al día de forma convencional, coincidiendo con el horario laboral de los operarios.
     
  • Grupo 2: cerdas alimentadas 4 veces al día con dosificadores electrónicos con intervalos de 6 horas.

Los resultados mostraron que se redujo la duración del parto y la cantidad de los lechones nacidos muertos en las cerdas del Grupo 2, porque disponían de más energía para hacer frente al parto. Concretamente, las cerdas que empezaron a parir 3 horas después de la última toma de alimento tuvieron un parto más largo en comparación a las cerdas que empezaron a parir dentro de las 3 horas posteriores a la última toma de comida.  Si el parto comenzó 6 horas o más después de la última toma, la duración del parto fue aún mayor, lo que condujo a una cantidad significativamente mayor de lechones nacidos muertos.

Peter K. Theil enfatiza que no es una buena solución aumentar el suministro de alimento diariamente, porque eso no será de ninguna ayuda. El verdadero problema es que el almidón se absorbe en los intestinos en forma de glucosa, y esto ocurre en las primeras cuatro a seis horas después de la alimentación.

Un parto prolongado debido al agotamiento de la energía antes y durante el parto provoca fatiga. Cuanto mayor sea el tiempo desde la última alimentación hasta que comience el parto, mayor será la duración del parto, por lo tanto, mayor será el riesgo de lechones nacidos muertos, y habrá una mayor necesidad de asistencia al parto, con el consiguiente riesgo de infección.

¿Cómo ajustar un horario para repartir la energía con Dositronic M?

Realmente se puede hacer lo que se desee. En la tabla 1 tenemos un ejemplo con 4 periodos de alimentación con 6 horas entre ellos:

periodo alimentacion cerdas
Tabla 1: Ejemplo con 4 periodos de alimentación.

En la tabla 2 tenemos otro ejemplo con 5 periodos de alimentación, con 4 horas entre ellos durante la noche, y 5 horas durante el día. En este caso, se ha potenciado la oferta durante la noche porque en esta granja analizaron la frecuencia de partos y concluyeron que un mayor porcentaje de cerdas parían por la noche.

cerdas lactantes
Tabla 2: Ejemplo con 5 periodos de alimentación.

Para estimular a las cerdas a levantarse, comer y beber, el sistema ofrece una pequeña porción configurable al inicio de cada periodo de alimentación. El cuidador que está en parideras cuenta con un práctico sistema de leds de diferentes colores que le informa de cómo están comiendo las cerdas. 

Conclusión

La incorporación de la alimentación electrónica para las cerdas, en este caso lactantes, aporta multitud de ventajas que permiten mejorar el rendimiento de los animales. Tener la opción de asegurar el suministro de energía de forma constante durante todo el día antes del parto es una de ellas. Reducir la duración del parto no solo tiene consecuencias en la disminución del número de nacidos muertos, sino que también contribuye directamente a mejorar la vitalidad de los lechones que nacen vivos. Todo esto, acompañado de una correcta gestión de la alimentación durante el periodo de transición ayuda a mejorar la calidad y cantidad del calostro, la adaptación de la cerda a la curva de lactación, su producción de leche y la supervivencia de los lechones, sin olvidar la mejora en el bienestar de cerdas y lechones y el beneficio económico que conlleva.

Algunas granjas con Dositronic M han decidido aplicar este tipo de alimentación en preparto. Falta tiempo para sacar conclusiones, pero en la que llevan más tiempo aplicándolo (5 meses) han logrado reducir los nacidos muertos en 0,4. 


El número de lechones nacidos muertos aumenta cuando aumenta el tiempo desde la última alimentación hasta el final del parto (Theil, 2017).

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