Blog

Blog


Sostenibilidad, clave de Grangenia para conseguir la ISO 14001

Sostenibilidad, clave de Grangenia para conseguir la ISO 14001

13 de diciembre de 22 - Noticias

Grangenia, uno de los centros de producción referentes del grupo abulense Kerbest, obtuvo en julio la certificación ISO 14001, siendo la primera granja de sus características en conseguir esta distinción medioambiental, que es una muestra más de su compromiso por la sostenibilidad, el bienestar animal y la bioseguridad en la producción porcina. Para conocer cómo ha sido todo este proceso, qué implica y cuáles son los retos de futuro del grupo Kerbest en esta línea de mejora continua, nos encontramos con Alberto Pascual, director ejecutivo del grupo, Pilar Fernández, directora de bioseguridad y medio ambiente, y Álvaro García, director técnico de desarrollo.

¿Qué supone haber recibido la ISO en gestión ambiental?
AG (Álvaro García): Es un reconocimiento al esfuerzo que se ha hecho en materia de medio ambiente, tras años de trabajo, especialmente por parte de Pilar, gracias a cuyo esfuerzo hemos conseguido fortalecer uno de nuestros principales pilares: la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Esta ISO reconoce que se están haciendo las cosas bien y de una manera diferencial dentro del sector de la producción porcina.

AP (Alberto Pascual): Por una parte, hay un reconocimiento al esfuerzo y dedicación de los últimos 5-6 años, desde que establecimos nuestra estrategia de sostenibilidad, pero, sobre todo, entendemos que significa el inicio de un camino hacia el desarrollo de una nueva dimensión de nuestras empresas, enfocadas a los criterios ESG, tan importantes a la hora de la evaluación y percepción de las instituciones. No podemos quedarnos al margen, y es algo muy necesario si queremos que nuestras granjas crezcan como empresas, algo que, desde esta parte del sector venimos reclamando muchos años. No queremos lavar la cara al sector ni maquillarlo, buscamos profesionalizarnos más para hacer las cosas lo mejor posible. La verdad es que el proceso hasta llegar aquí ha sido muy difícil. Estuvimos dos años sin poder certificar un sistema de gestión ambiental, porque no había ninguna certificadora que lo hiciera. Certificar una granja de 3.050 madres, en intensivo, con purín, rejillas… era misión imposible, pero, finalmente, con AENOR conseguimos que fuera algo factible.

Habéis sido uno de los primeros centros en conseguir esta distinción. ¿Era uno de los objetivos cuando diseñasteis Grangenia?
AP: De alguna manera, cuando se hizo Grangenia nosotros sabíamos que íbamos a hacer algo diferente, por ejemplo, trabajar con maternidades libres, con las fosas registrables a modo de bandejas, buscando la conjunción de ventilaciones forzadas y naturales. Grangenia, por lo tanto, ya fue una granja que se planteó con una mentalidad diferente, en la que reflejar lo que de verdad queríamos y que luego logramos exponer con Kerbest. A partir de ahí, con el tiempo hemos ido identificando los puntos diferenciadores de Kerbest, que los ha tenido desde el principio, aunque quizás no le sabíamos poner nombre.

PF (Pilar Fernández): Realmente, Kerbest no lo buscábamos, el significado procede del “mejor cuidado” en inglés (care best), con esa idea de buscar lo mejor para el animal, para nuestro entorno, para nuestra región, para nuestros pueblos, en esa España vaciada tan especial. Queríamos conseguir esa sinergia entre ganadería y un territorio rural sostenible.

¿Que requisitos cumple Grangenia para recibir este reconocimiento?
AP: Es muy importante la concienciación y la implicación de todo el equipo, por un lado, y, por otro, la digitalización y protocolización de todos los procesos de la producción. Hay que ser muy conscientes de lo que esta certificación significa y lo que supone en una granja. La política de desarrollo profesional de nuestro personal es básica, y está dirigida a la consecución de nuevas competencias muy transversales, necesarias para lograr estas certificaciones y cumplir con los objetivos que nos marcamos. En este sentido, estamos muy agradecidos a todo nuestro equipo, del que estamos muy orgullosos y al que agradecemos su dedicación y compromiso. Por otra parte, como indicaba, la digitalización de la granja y de sus procesos es básica. Tenemos que generar trazabilidad en todos nuestros procesos, no solo en la gestión de los purines, y esto ha sido posible gracias a nuestros departamentos de I+D, digitalización y medio ambiente. El trabajo ha sido ingente, y hemos generado aplicaciones, plataformas, sensórica, protocolos… Hay muchos datos que no se pueden recoger manualmente; por lo tanto, trabajamos con protocolos, que quedan recogidos por escrito y te facilitan el día a día.  Para poder liderar diversas granjas con equipos multidiscplinares, necesitamos disponer de las herramientas adecuadas, que nos permitirán tener constancia de hasta el último metro cúbico de purín que producimos en cada uno de nuestros centros de producción. Toda esta información, todos estos datos, son los que nos han permitido obtener la ISO 14001.

¿Podéis enumerar acciones concretas que hayáis impulsado para minimizar el impacto de vuestra actividad ganadera?
PF: Concretamente, en Grangenia y en el resto de nuestras granjas de producción de lechones implantamos el Smartfert, que es nuestro desarrollo para una fertilización inteligente con el que optimizamos el transporte de nuestros purines y personalizamos las dosis y la tipología del purín dependiendo de las características del suelo, histórico de producciones y cultivo a implantar e implantado; así, optimizamos el uso agronómico de nuestros purines gracias a que extraemos el agua ineficiente de los mismos, lo que nos permite certificar reducciones de emisiones GEI equivalentes a entre 600 y 1000 toneladas anuales de CO2. También nos marcamos como objetivo optimizar la gestión del agua. En este ámbito, somos conscientes de que no podemos reducir el consumo de agua de los animales, pero sí podemos reducir las pérdidas, el agua de lavado, etcétera. Y ahí fue donde empezamos a crear nuevos protocolos de trabajo, a idear cómo podíamos mejorar los procesos de lavado, preparar las salas… para reducir el gasto de agua entre un 10 y un 15 % y, al final, conseguimos una disminución del 25 %. Lo hicimos mejorando la gestión de trabajo de limpieza, con la compra de un robot y con la formación del equipo de la granja, los cuales, ellos mismos, aportaban mejoras para ahorrar. Por otra parte, y a partir del debate sobre el consumo de agua, surgió la idea de recoger el agua de lluvia y utilizarla para el lavado, y así lo hacemos.

ISO 14001
Imagen aérea de Grangenia. Foto: Kerbest.

¿Qué sistemas de control y de verificación de estas medidas os aplican para que podáis obtener la certificación?
AG: Lo principal es tener controlados todos los datos y poder compartirlos con las certificadoras. El auditor externo lo que hace es certificar y verificar todos los datos que nosotros le facilitamos y todo tiene que cuadrar, es decir, tiene que ser comprobable, cuantificable y medible. A partir de ahí, el objetivo es mantener el sistema y mejorar los datos.

¿Todas las granjas pueden trabajar para lograr esta certificación?
AG: No es necesario diseñar una granja nueva con la mente puesta en reducir las emisiones. Cualquier granja puede reinventarse y conseguir una certificación medioambiental, lo que hay que hacer es darle un enfoque diferente a lo que se está haciendo. Ahora vamos a certificar todos nuestros centros y los de nuestros clientes; por lo tanto, no estamos hablando de una cosa solo para granjas nuevas. No es una condición indispensable.

Y el sector, ¿consideráis que está preparado para dar este paso?
AP: El sector está cada vez más preparado, y cada vez hay más herramientas para facilitar las cosas; más tecnología, más sensores que te permiten monitorear los datos… De todas formas, tenemos que ser conscientes de que estamos en un sector al que le cuesta el cambio, pero que, cuando se pone a ello, no escatima esfuerzos y hace las cosas muy bien. Así pues, creo que, con toda seguridad, el sector porcino va a incorporar estos cambios y a potenciarlos, pero todo requiere su tiempo y su camino. Al principio el cambio cuesta, pero lo que se está viendo es que con estos cambios se ahorra tiempo, se es más eficiente y que, además, proporcionan un ahorro económico.

¿Qué mejoras evidencia el ganadero con la incorporación de estos procesos en su granja?
PF: Más comodidad de trabajo y mayor eficiencia. Por ejemplo, nunca nos habíamos fijado tanto en el consumo de luz como ahora. Aplicando ciertas medidas, logramos mejoras de eficiencia, y ello a menudo implica también un ahorro económico y, evidentemente, de tiempo. La digitalización te da todo esto; es un impacto real, solo necesitas creer y querer cambiar.

¿Pueden estas certificaciones de sostenibilidad mejorar la imagen que la sociedad tiene del sector?
AP: Sin darte cuenta vas mejorando a nivel productivo y de imagen. El trabajo bien hecho después tiene su reflejo, y es lo que se transmite. Llega mucho más lo que hacemos que lo que podamos decir. Al final, la gente, la sociedad, va a percibir el cambio. Lo que hace esta certificación es que te permite conseguir fácilmente ese tipo de etiquetas que garantizan una producción más sostenible, porque ya lo tienes todo certificado. Aunque eso ya es más un tema de las comercializadoras.

¿Cumplir todos estos requisitos implica una gran inversión?
AP:
Evidentemente nada es gratuito, y hay un coste económico, de tiempo, de concienciación y de compromiso. Sin embargo, la inversión más importante es la intangible: el tiempo y la profesionalización que tienes que tener, la formación dentro del sector, que el equipo este concienciado y quiera participar… El resto es lo que quieras invertir para cumplir los objetivos que te marques, aunque también hay objetivos que no cuestan dinero.

AG: Diríamos que tienes que invertir para hacer las cosas de otra manera, pero lo bueno es que todas estas inversiones tienen un retorno que, además, se ve en poco tiempo, te hace sostenible y garantiza el futuro de la actividad.

¿Qué retos os planteáis para ser más sostenibles y eficientes?
AP:
Si nos centramos en materia de sostenibilidad ambiental, los siguientes objetivos están muy identificados con la eficiencia energética y la optimización de nutrientes en la fertilización orgánica, actuando también en el conjunto de procesos de todos nuestros centros, de tal manera que la implantación de esta certificación ambiental y otras, como la certificación de la Huella de Carbono, que también hemos visto materializada en las últimas semanas, supongan una realidad estandarizada que se sume a nuestro modelo by Kerbest. Por último, para Kerbest la generación de conocimiento también es un objetivo, prioritario, en el que se enmarca la Cátedra en Sostenibilidad Agroambiental de la Fundación Kerbest con la Universidad Católica de Ávila. Vamos a ir marcándonos objetivos. ¿Dónde tendremos el techo? Pues por ahora no lo vemos.

Comparte en redes